Las dos semanas de inactividad en Saint Louis fueron llevaderas pero a ratos aburridas, principalmente por el sofocante calor que impedia hacer casi cualquier cosa en el exterior. Lo peor del verano misuriego no son las elevadas temperaturas, sino la terrible humedad que te envuelve como una toalla mojada alla donde vayas. Ademas, la cabeza ya se va mucho a mi ineludible vuelta a España de dentro de dos semanitas, y eso cuando uno tiene mucho tiempo para pensar no es bueno. Por eso agradeci de sobremanera este ultimo viaje dentro de esta aventura norteamericana, ni mas ni menos que a Chicago.
Chicago me sorprendio desde el principio. Es una ciudad maravillosa, bonita, limpia, llena de vida y cultura. A pesar de ser moderna, la historia de los ultimos 100 años en los estados unidos esta presente en muchos de sus edificios, ya que el centro de la cidad se tuvo que reconstruir casi por completo hace 140 años debido a un incendio y eso die pie a que los arquitectos dieran rienda suelta a su imaginacion en el diseño de lso rascacielos.
La ciudad esta plagada de lugares miticos y de sitios de pelicula: El lago Michigan (normalmente muy frio pero no el dia en que nosotros acudimos) el metro que no va debajo del suelo, sino que va elevado (y por eso lo llaman al), el parque del milenio, con fuentes futuristas y con la alubia de espejo gigante, y la torre sears (o torre Willis), el rascacielos mas alto de norteamerica y eso que a mi me parecio mas alto el Epire State Building.
En definitiva, un fin de semana grandioso, perfecto para cargar las pilas para el que sera mi ultimo cometido por estas tierras, el campamento OLE que ha empezado hoy. De momento va bien, desorganizado pero mejor de lo esperado. Que siga asi.
Dices que la ciudad está muy limpia, pero Chi cago allí dejará de estarlo? jajajajaja
ResponderEliminarCampamento OLE, como la editora de los tebeos de Mortadelo y Filemón, que mítico...jeje.